Educación financiera a los niños y adolescentes

¿Esto parece un tema pequeño? No lo es, solo piense en el nivel de cultura financiera de los adultos españoles: más de la mitad no conoce los conceptos básicos de las finanzas 1 y, en consecuencia, estamos entre los peores del mundo en términos de rendimiento de la inversión.
¿Cómo se puede mejorar la situación? Seguramente invirtiendo en la educación de los niños. La educación financiera para los niños es, de hecho, indispensable para lograr un bienestar individual y colectivo superior en el futuro, en todos los campos. Pero, ¿cómo puedes empezar a hablar de dinero a los niños? Según Bankia, las instituciones educativas deberían proporcionar educación financiera que comience desde lo básico para que los niños de 6 a 10 años lleguen a problemas más complejos para niños de 11 años en adelante.
En China, todo esto ya es una realidad: por voluntad del propio presidente Xi Jinping, la educación financiera se impartirá en las escuelas primarias. Y con nosotros Las finanzas aún no forman parte del currículo escolar, pero no nos desesperemos, los adultos podemos ayudar a mejorar el futuro financiero de las nuevas generaciones. Averigüemos cómo.
El dinero no llueve del cielo
El dinero no llueve del cielo. Un buen punto de partida para explicar a los niños cómo el dinero no crece en árboles como las manzanas, por el contrario, es algo que se debe ganar. Necesitamos hacer que los niños comprendan que el dinero es un medio de intercambio o una herramienta económica que mide el valor de los servicios y los objetos cualitativamente diferentes dentro de una relación social particular. Un medio de intercambio que debe ganarse: conectar, por ejemplo, el dinero de bolsillo semanal a pequeñas tareas a realizar podría ser un campo de pruebas para aprender a administrar el dinero de forma independiente, asociándolo con el principio de remuneración.
El concepto de ahorro.
El enfoque aquí cambia y se centra en preguntas como: ¿cómo se gasta el dinero y cuánto se ahorra? El análisis no se limita al dinero de bolsillo en sentido estricto, sino que se extiende al difícil equilibrio entre ahorro y consumo. "No vivir por encima de sus posibilidades" es uno de los principios básicos de la educación financiera. Poner dinero a un lado equivale a comprender la importancia del dinero, ayudando así a los niños a decidir qué es realmente indispensable y qué no. Al educar a los pequeños sobre la idea de ahorrar, también comprenderán, una vez que sean adultos, la importancia de pensar en la jubilación o la utilidad de crear un amortiguador contra los casos de la vida.
El concepto de presupuesto y préstamo.
Gracias al dinero de bolsillo, los niños pueden comenzar a administrar su propio dinero, pero tengan cuidado, también deben comprender que no pueden tener todo lo que quieren: es necesario tomar decisiones. Y aquí es donde entra en juego el concepto de presupuesto: identifique con ellos qué gastos debe cubrir y cuáles son superfluos. Si se comportan de manera responsable y sabia hacia la cantidad disponible, tendrán la oportunidad de comprar, con el pequeño cambio ahorrado de vez en cuando, algo que realmente les importa. Hacerlo los estimulará a planificar para lograr un objetivo.
En este caso, también es necesaria una introducción al concepto de préstamo e instalación: es bueno explicar cómo en algunos casos también puede pedir ayuda, comprar hoy y pagar en el futuro, pero que cuando usa el dinero de otra persona siempre tiene que devolver algo, generalmente en forma de tasa de interés. ¿Por qué no jugar a ser el banco de tus hijos?
Riesgo y responsabilidad financiera
Nunca es demasiado temprano para que los niños sean responsables del dinero: es importante explicarles que cada elección económica que hagan puede generar beneficios, pero también costos y consecuencias en el futuro. Estas consecuencias están vinculadas al concepto de riesgo, un concepto que forma parte de la vida de todos, inherente a la idea misma de la existencia: en resumen, el riesgo es parte de la vida. Lo que pretendemos cambiar aquí es la actitud hacia el riesgo: puede decidir aceptarlo, evitarlo o protegerse con un seguro.
Aprender sobre las estrategias de gestión de riesgos y comprender cómo funciona un seguro debe transmitir la idea de que puede pagar una comisión (prima) para transferir el costo de una pérdida potencial a un tercero.
Mejor bienestar colectivo.
Una economía avanzada necesita ciudadanos con al menos un nivel básico de conocimiento financiero. Los adultos del mañana, y especialmente los españoles del mañana, deben poseer habilidades que les permitan adoptar comportamientos dirigidos a tomar decisiones informadas para el futuro como ciudadanos y como usuarios de servicios financieros. El bajo conocimiento financiero tiene altos costos, costos que, como vimos durante la crisis de 2008, se vuelven particularmente graves y que, en el peor de los casos, pueden tener serias repercusiones en la estabilidad económica de todo un país.
Por lo tanto, avanzar en el frente de la educación financiera representa una necesidad urgente para nuestro país. Las habilidades financieras más altas le permiten tomar decisiones de manera más consciente, protegerse de los efectos de una crisis y reducir las desigualdades.
Oh sí, la educación es siempre la clave.
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